Querida almohada
- solrep4s
- 24 mar 2017
- 2 Min. de lectura

Querida almohada, discúlpame el acoso. Todo es culpa del clima, afuera está nublado y no se me ocurre nada mejor que apagar las luces, prender el aire, arroparme y abrazarte mientras termino de ver la última temporada de Game of Throne. Disculpa que te abrazara muy fuerte cuando Jon despertó y que derramara el vaso de agua mientras veía el abrazo de Sansa con su hermano. Discúlpame también la cantidad de golpes que te di mientras entraba en pánico viendo la escena de Hodor, pero ya sabes que es un poco fuerte.
Almohada, he decido que en vista de que hemos pasado mucho tiempo juntas debería de ponerte un nombre, puede ser que te llame “Sofia”, porque así se llama mi personaje favorito de mi libro favorito (El mundo de Sofia), pero creo que tal vez mereces uno mejor que eso. Por ahora, te llamaré sólo almohada mientras sigo buscando el indicado para ti, aunque la gente pueda pensar que estoy mal de la cabeza por ello, pero he visto a personas que le han puesto nombres a sus carros, carteras, zapatos y hasta he escuchado de penes llamados: Pepitos, Campeón, Guerrero, Soldado.
Disculpa que te llene de pensamientos tormentosos que no te pertenecen, y en serio te agradezco que a veces toleres los maratones que me lanzo a todo volumen de James Bay o Avril Lavigne, pero es que la vida sin música es súper aburrida, además no tendría sentido ¿o es que acaso no te dan ganas de mover tus plumas mientras escuchas Hold back the river o Complicated?
Gracias por darme apoyo con mis despechos literarios o flamenquisticos, por ser mi pera de boxeo, por ser el mejor público mientras desafino cualquier canción que pase por mis pensamientos (también debo agradecerle al cepillo morado que es el mejor micrófono del mundo), eres la compañera de viajes más bonita que he tenido.
Gracias por soportar mis días de aburrimientos y mis monólogos internos (que son muchos). A veces no tolero cuando te pones muy dura, y te resistes a darme un espacio suave y confortable para dormir, pero supongo que tus días al igual que los míos, no todos son buenos. De cualquier forma te agradezco por ser mi amiga incondicional siempre ¡Eres lo máximo!
El simple hecho de que no te quejas te hace increíble (o tal vez no tienes alternativa porque no puedes hablar) pero de cualquier forma eso resulta muy ventajoso para mí. Y gracias a Dios que no tienes piernas, porque sé que a veces te entran ganas de huir, te he descubierto en varias oportunidades escondiéndote debajo de la cama.
Disculpa por toda la cantidad de cabello que te he hecho tragar, pero es que el estrés me ataca fatal.
De verdad, mil gracias por ser la almohada más bonita, suave y especial del mundo.
Con cariño, Sthefany
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