top of page

Hoy y siempre...

  • V.Náriz
  • 27 sept 2017
  • 2 Min. de lectura

Para Marion. Son casi las diez de la noche, están por cerrar, creo que me esconderé en algún lugar para quedarme está noche junto a ti. Sí pudiera tener una moneda para cada vez que te recuerdo sería millonario, pero un millonario infeliz, el vacío que has dejado en mi corazón no se puede llenar ni con todos los billetes del mundo. He relatado varias veces cómo siento que ese lugar de mi corazón donde tú vivías suena como una caja llena de objetos rotos, cuando salgo en mi trotes nocturnos sus crujidos retumban en mi cabeza, a veces intento que se sincronicen con la música que escucho, otras veces solo corro lo más rápido que puedo para que me ahoguen sus ruidos. Todos me dicen que eso no puede ser, que el corazón no puede vivir con un hueco en él, pero resulta que el mío sí, y se desintegró ese día en que te fuiste. Cada mañana inicia con nuestra vieja rutina, apagó el aire a las ocho, a las 8:30 me levanto para darme una ducha de diez minutos exactos, en cinco minutos me visto y lavo mis dientes, utilizo los quince minutos restantes para desayunar y a las 9 salgo de la casa, todo sigue siendo exactamente igual, excepto una sólo cosa, no estás tú. Sigo teniendo esos días malos, donde mi cabeza solo es una masa gris que confunde la realidad con mis fantasías, las que solías llamar exceso creativo para que no me sintiera mal conmigo mismo, ahora que no estás, ni logro reconocerme a mí mismo. De hecho la otra noche estaba acostado listo para dormir, eran las cinco de la tarde, pero no podía seguir con ese día, tenía las manos heladas y temblaba sin parar, aún así cuando la temperatura era de 40°c; los sueños (Y en especial las pesadillas) se fusionaban con mis pensamientos, y fue en ese momento cuando te sentí acostarte a mi lado, pasar tu mano sobre mi cara, abrazarme por la espalda mientras me tomabas la mano, sentía nuestras respiraciones volverse una sola, tus besos en mi nuca, y tú canto espontáneo, hasta que me desperté, sofocado por el llanto y con el cuerpo pidiéndome a gritos que acabara con esto. Y hoy, que vuelvo a tener uno de esos días, estoy aquí contigo, llevo acostado junto a tu lápida desde las 9 de la mañana, sí, hoy también cumplí con la rutina; desearía que mi teléfono sonase y que seas tú regañándome porque de nuevo he dejado la estufa encendida o la puerta de la casa abierta, pero estas enterrada a dos metros bajo la tierra, sin respirar, sin moverte, y sin yo poderte consolar está vez. Es curioso cómo hoy nadie me ha visto como el tipo depresivo de siempre que pasa todos los días acostados junto a la tumba de su difunta esposa, quizás es porque hoy es el día de la mujer y muchos han venido a traerle flores a sus hijas, hermanas, madres, y como tú, esposas difuntas, pero la verdad es que no me importa, para mí, siempre es tu día.


Comments


RECENT POSTS

FOLLOW US

  • Grey Twitter Icon
  • Grey Instagram Icon

ABOUT REP4S

Somos cuatro amigos (Gabrieña, Jose, Sthefany, Víctor) intentando crear contenido -Aunque puede que encuentres muchas pendejadas-, desde el apareamiento de las hormigas hasta una guerra interplanetaria. Se supone que (No, aquí no viene la canción de Luis Fonsi) deberíamos ser serios, pero la solemnidad no es asunto nuestro.

HAVE FUN WITH US!

REDES SOCIALES 

SUSCRÍBETE

¿Quieres saber cuando publicamos? Envíanos tu email y ¡mantente informado! 

© 2023 by Rep4s. Proudly created with Wix.com

bottom of page