top of page

Capítulo seis: Muertos anónimos

  • Sthefany Sánchez
  • 14 jun 2017
  • 3 Min. de lectura

Desperté sobresaltado. Pensar en quién pudiera estar del otro lado me aterraba. Eché un vistazo a mí alrededor y pude vislumbrar al resto del equipo apretando su dedo índice contra sus labios en señal de silencio. Como pudimos nos paramos, y nos juntamos. Sentía la respiración de Camila en mi nuca y su mano apretando con fuerza la mía. Si nos atrapaban ahí no habría escapatoria, sería el fin.


Pummm…. Pummmm… Pummm…


Sonaba la puerta, mientras nuestros corazones iban latiendo tan rápido que si prestabas atención podrías haberlos escuchados. En ese instante, se me vino todo lo que habíamos vivido el día anterior: la marcha, las nubes de humo, los heridos, los perdigones a quemarropa, las metras, las bombas lacrimógenas cayendo en nuestras cabezas, los gritos de euforia, el refugio de la Sra Mercedes, mi ataque de asma...


Pensar en todo lo que habíamos luchado para que esas artimañas nos fueran a atrapar de esa manera me hervía la piel, no era justo, sólo queríamos una mejor Venezuela. Sin embargo, sabíamos que cada día que salíamos a luchar significaba un riesgo. Era como una especie de Ruleta Rusa, donde desconocíamos lo que el azar podría hacer con nosotros y nuestro futuro.


Perder la vida me daba miedo, pero más miedo me daba perder el país.


Miré a Camila a los ojos, sin soltar su mano. El resto del equipo también tenía sus dedos entrelazados como en señal de apoyo.


Pummm…. Pummm…. Pummm…


Ya no distinguía si ese sonido provenía el de la puerta o era el latino de nuestros corazones. Seguí pensando en la larga noche, en mis músculos entumecidos y las innumerables pesadillas que no me permitían conciliar el sueño. En ese momento sólo tenía un pensamiento constante “si debo morir, que no sea de esta manera”.


Como pudimos empezamos a buscar una vía de escape, cuando de pronto la señora Mercedes apareció tan silenciosa como siempre, haciéndonos una señal para que la siguiéramos. Nos llevó al cuarto trasero de su casa. Rodó un viejo armario de madera con rapidez y como el mundo, Dios, el destino o como quieran llamarlo siempre ayuda a los buenos, una ventana mediana se dejaba ver dándonos una posible escapatoria.


Pummm… Pummmm…


-¡Apúrense ya deben están por entrar!- exclamaba una voz que no pude distinguir.


Pummm…. Pummm…


El primero fue el gato que sacó su escurridizo cuerpo por la venta para cantarnos la zona, habían dos hombres armados, pero estaban tan ocupados en cuidarles la espalda a sus colegas que no se percataron de la vieja ventana. Lo siguió Camila, y el resto del equipo.


El rocío a las 4:25 a.m. no parece conocer de protestas. Venezuela es una completa incoherencia, el canto de los pájaros me hacía pensar que la naturaleza no era la única que había decido resistirse a la dictadura.


Cuando todos nos encontrábamos del lado afuera, la señora Mercedes volvió arrastrar el armario a su lugar, pero antes nos despidió lanzándonos la bendición acompañada de una señal en forma de cruz con su mano derecha.


Llevábamos menos de tres metros recorridos, cuando escuchamos un grito ahogado y lleno de desespero de la mujer que nos acababa de salvar la vida. En seguida las balas fueron las próximas protagonistas en aquel pequeño hogar que nos sirvió de refugio. Corríamos con lágrimas en la cara, aquella noble señora había dado su vida para salvar la nuestra, eso era un verdadero acto de gallardía.


La muerte de Mercedes sería otra más que no saldría en los obituarios, quedaría en el anonimato.


En ese momento me juré a mí mismo que alguien tenía que pagar por esto.


댓글


RECENT POSTS

FOLLOW US

  • Grey Twitter Icon
  • Grey Instagram Icon

ABOUT REP4S

Somos cuatro amigos (Gabrieña, Jose, Sthefany, Víctor) intentando crear contenido -Aunque puede que encuentres muchas pendejadas-, desde el apareamiento de las hormigas hasta una guerra interplanetaria. Se supone que (No, aquí no viene la canción de Luis Fonsi) deberíamos ser serios, pero la solemnidad no es asunto nuestro.

HAVE FUN WITH US!

REDES SOCIALES 

SUSCRÍBETE

¿Quieres saber cuando publicamos? Envíanos tu email y ¡mantente informado! 

© 2023 by Rep4s. Proudly created with Wix.com

bottom of page